Por Marta C. Salvador
Hoy hallo tus aguas verdosas.
Por momentos azules.
¿Me escuchas mar?
Tantas veces mojaron mi cuerpo
desnudándome…
Sabes mis secretos.
Todo lo sabes.
Tu vaivén me marea.
Cautiva mi figura.
Cuántas veces hablé contigo.
Contienes a dios.
Secreto celeste que respiras.
A veces agitado.
Otras, calmo.
Convocas al diálogo
y me escuchas…
Espuma que recoge
la esperanza de sentirnos vivos.
Hasta que de un bostezo
la muerte, devora nuestra existencia.
Mar: seguirás testigo de nuestras vidas
conteniendo otras vidas…